martes, 9 de julio de 2013

4/7/13

4/7/13

Casi a ciegas emprendí el viaje
tomando un autobús hacia el norte,
atónito disfrutaba del paisaje
con densa niebla en el horizonte.

A mitad del camino pude contemplar,
en la lejanía, la inmensidad del mar.
En la carretera seguíamos hacia ese lugar
donde con mi padre nos íbamos a hospedar.

En la primera parte del largo trayecto
música clásica sonó en la radio,
hasta que de bus cambiamos en Oviedo,
con ella relajadamente me estuve deleitando.

Por ahora paro de relatárlo,
no por que haya terminado
si no porque voy a disfrutarlo.

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